Cuenta la leyenda
que….
Hace varios años hubo una convención mundial de demonios, con un solo objetivo: Inventar una nueva travesura para fastidiar a la humanidad.
Hace varios años hubo una convención mundial de demonios, con un solo objetivo: Inventar una nueva travesura para fastidiar a la humanidad.
Uno de ellos
propuso:
– ¿Por qué no fastidiamos a los humanos, quitándoles algo?
– ¿Y qué les quitamos? Dijeron los demás.
Después de pensar un rato, uno de ellos dijo:
– ¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad.
– ¡Sí, sí! Dijeron todos, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren.
Uno de ellos pensó: –Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
–No, dijo otro demonio, recuerda que tienen escaladores profesionales, helicópteros, GPS, seguro que la encontrarán.
Entonces todos sabrían donde está y todos irían a buscarla.
– ¿Por qué no fastidiamos a los humanos, quitándoles algo?
– ¿Y qué les quitamos? Dijeron los demás.
Después de pensar un rato, uno de ellos dijo:
– ¡Ya sé!, vamos a quitarles la felicidad.
– ¡Sí, sí! Dijeron todos, pero el problema va a ser dónde esconderla para que no la encuentren.
Uno de ellos pensó: –Vamos a esconderla en la cima del monte más alto del mundo.
–No, dijo otro demonio, recuerda que tienen escaladores profesionales, helicópteros, GPS, seguro que la encontrarán.
Entonces todos sabrían donde está y todos irían a buscarla.
Luego habló otro:
–Entonces vamos a esconderla en el fondo del mar.
–No, contestó otro, tienen submarinos, mini submarinos, buzos, rastreadores la encontrarían fácilmente.
Entonces todos sabrían donde está y todos irían a buscarla.
Otro dijo: –Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
–No, respondieron algunos, tienen naves espaciales, astronautas y tecnología suficiente para encontrarla en cualquier planeta, seguro la descubrirían.
Entonces todos sabrían donde está y todos irían a buscarla.
–No, contestó otro, tienen submarinos, mini submarinos, buzos, rastreadores la encontrarían fácilmente.
Entonces todos sabrían donde está y todos irían a buscarla.
Otro dijo: –Escondámosla en un planeta lejano a la Tierra.
–No, respondieron algunos, tienen naves espaciales, astronautas y tecnología suficiente para encontrarla en cualquier planeta, seguro la descubrirían.
Entonces todos sabrían donde está y todos irían a buscarla.
Había un demonio
que había permanecido en silencio escuchando y analizando atentamente cada una
de las propuestas de los demás y cuando todos se callaron dijo:
–Creo saber dónde esconderla para que realmente nunca la encuentren.
Todos lo miraron asombrados y preguntaron al mismo tiempo: –¿Dóndeeee?
–La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola en todas partes, que nunca la encontrarán, respondió el demonio.
–Creo saber dónde esconderla para que realmente nunca la encuentren.
Todos lo miraron asombrados y preguntaron al mismo tiempo: –¿Dóndeeee?
–La esconderemos dentro de ellos mismos, estarán tan ocupados buscándola en todas partes, que nunca la encontrarán, respondió el demonio.
Todos estuvieron
de acuerdo y desde entonces ha sido así:
«El ser humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que sólo la encontrará dentro de sí»
«El ser humano se pasa la vida buscando la felicidad sin saber que sólo la encontrará dentro de sí»